La factura electrónica es un documento que certifica que la empresa o persona física que la emite ha prestado un servicio o a entregado un bien a cambio de un precio. Es, en realidad, una factura normal, con la diferencia de que se expide en formato electrónico, prescindiendo del papel.

En este sentido, la transformación digital ya es una realidad que se impone en el día a día de las personas y de un gran numero de sectores que están teniendo que adaptarse, de forma casi inmediata, a un modelo mucho más rápido, digital y automatizado.

En el mundo laboral, uno de los principales cambios será la forma en la que se van a tener que emitir estas facturas a partir de 2025 debido a la “Ley Crea y Crece” aprobada en septiembre de 2022, esta ley es uno de los puntos clave del Plan de Recuperación (impulso a la pyme), destinado a mejorar las condiciones para el desarrollo de la actividad empresarial, de esta forma la facturación electrónica se convertirá en el único sistema que podrá emplearse entre empresas y autónomos a la hora de emitir las facturas en sus relaciones comerciales con clientes o con otras empresas.

Este sistema tiene muchas ventajas y ya está implementado en muchas empresas, en este sentido, garantiza una mayor agilidad y un control más preciso de todos y cada uno de los pagos que se realizan, ya que, gracias a una serie de programas informáticos los negocios pueden automatizar las operaciones y hacer que todas las facturas se remitan de forma totalmente digital. Actualmente, la mayoría de los procesos alejados de la tecnología tienen muy poco hueco en el ámbito empresarial.

Es importante destacar que los antiguos métodos de facturación dejarán de ser válidos en cuanto la obligatoriedad de la factura electrónica entre en vigor, es decir, formatos como Word o Excel, muy utilizados por empresas y autónomos a la hora de hacer este trámite, dejaran de ser válidos y se tendrán que sustituir por programas informáticos, unos programas que por norma general supondrían un coste extra, sin embargo, existen opciones para que empresas y autónomos puedan evitar este gasto.

En concreto, la “Ley Crea y Crece” invita a prevenirse de este futuro gasto empresarial a través de una de las tres ayudas que ofrece red.es, el Kit Digital, que actualmente cuenta con 13 categorías que tienen como objetivo la íntegra digitalización de las pymes y los autónomos que deciden apostar por este Kit, incluye la facturación electrónica como una de las opciones en las que poder invertir el dinero de la ayuda.

El Kit Digital nace como una ayuda a fondo perdido financiada con fondos europeos, lo que significa que los negocios que reciben este dinero no tendrán que devolver el importe de la ayuda, únicamente tendrán que abonar el IVA correspondiente, de esta forma, las empresas que decidan pedirlo podrán gestionar todo el proceso de facturación electrónica con un agente digitalizador que les podrá ayudar a implementar esta nueva obligación. Si deciden utilizar el dinero de esta ayuda en facturación electrónica, las empresas y autónomos que se beneficien del kit, estarían anticipándose a un gasto que en el futuro les puede suponer una importante pérdida de dinero.

Por eso, es fundamental que el ámbito empresarial sea conocedor de este importante cambio y de las posibles alternativas con las que sufragarlo lo antes posible para tratar de evitar futuros sustos y desembolsos innecesarios.